Otoño en el sur, 48 horas en Cádiz

HelechosCuando uno se adentra en uno de esos bosques tropicales del sur de nuestra península, como por ejemplo en el Parque Natural de los Alcornocales, o el Paraje del Parque Natural de Estrecho en Cádiz, puede intuir una vez más la sabia y privilegiada natura que tenemos la suerte de poder visitar en las tierras del sur de España.

El otoño del sur con sus verdes aún intensos de helechos y musgos que llenan los canutos y senderos de esas 170.000 hectáreas de un Parque Natural como el de los Alcornocales, mezcla en esta época también ocres, tostados alcornoques  y el oro de algunos helechos como mantos que se extienden por robledales y quejigos de la zona.

Nuestro recorrido aunque corto en el tiempo, apenas 48 horas, nos dio para llegar a alguno de los rincones más representativos de este Parque natural que se alinea por más de 82 kilómetros al norte, desde  Ubrique, Algar y Cortes de la Frontera hasta el extremo sur con Los Barrios, Facinas y Tarifa. Su ancho con cerca de 35 kilómetros en su parte mayor de este a oeste de Benalup a Castellar de la Frontera o Alcalá de los Gazules a Jimena de la Frontera están servidos por embalses, sierras, arroyos y cerros que conceden a este espacio natural de una belleza peculiar tanto por su natura como por su etnografía.

Cruzar este Parque natural bien por la GR 7 desde Ubrique hasta Tarifa o bien por la Ruta de los Alcornocales de Alcalá de los Gazules a los Barrios es una de las alternativas para senderistas y amigos de la bicicleta, si bien para estos el acceso a alguna de sus pistas requiere de permiso o astucia para saltar según que barreras.

Castellar mira hacia Gibraltar

Nuestra primera escapada para ver amanecer parte de los Barrios hacia el Castillo de Castellar, fortaleza medieval del Siglo X perfectamente conservada al estar habitada aún hoy. Desde sus murallas se divisa la línea de la concepción, Gibraltar y los Montes de Málaga y Marbella. Todo un lujo para empezar el día adentrandose por este vasto territorio de bosques y arroyos que lindan con el embalse de Guadarranque y paseando por las estrechas calles de esta fortaleza hoy con una oferta de turismo rural increíble a unos precios más que aconsejables.

Musgo, helechos, tropical forestDe Castellar nos vamos camino de La Sauceda, en Cortes de la Frontera, para lo cual recorremos en diagonal y hacia el noroeste, Jimena de la Frontera, La sierra de los Melones, La sierra de los Pinos, llegando casi a Ubrique y desviándonos a la izquierda para llegar al Núcleo ambiental de la Sauceda, provincia de Málaga en donde encontramos un poblado árabe reconstruido hoy como refugio rural. Desde aquí las veredas y sendas nos abren camino por un bello paraje de alcornoques y robles que suben al Aljibe a 1091 mts de altitud. El recorrido por sus arroyos y molinos nos deja clara muestra de la riqueza y biodiversidad de esta ruta natural con grandes quejigos, difíciles de contemplar en otros lugares.

Después de la comida en una venta de la zona cercana a la Sauceda, nuestro cruce por la carretera con un gran grupo de cazadores de una cacería de venados alimenta nuestra curiosidad y nos obliga a salir del vehículo y entablar un poco de conversación con dos de los no tan afortunados cazadores de dicho lance, que desde la carretera sentados en un mojón nos cuentan la suerte que han tenido ellos en la matinal, ya que de los casi 50 venados que hay tumbados y yacientes en el campo de al lado ninguno de ellos han sido presa suya.

A por los despojos de la cazería

Como cazadores fotográficos en nuestro caso, nos enteramos de donde han sido despojados dichos animales de sus vísceras y tripas, algo común en la caza, y que se convierte en una ocasión sin igual de poder fotografiar a las carroñeras, asiduas visitantes de la alegría del cazador. Como ya vemos por encima de nosotros a pocos kilómetros a los Buitres, nos dirigimos hacia ellos por la pista más próxima con permiso y siguiendo las indicaciones de nuestros dos amigos cazadores. Sentados en una roca  y con las nieblas que besan las frondosas lomas que divisamos podemos observar como por encima nuestro van desfilando varias decenas de buitres hasta que poco a poco se va apagando la tarde y las luces. La vuelta a casa se hace ya obligada, nuestra primera jornada ha sido un éxito.

Playas de Sotogrande, amaneciendo

Al día siguiente, serán las playas de Sotogrande las que nos verán a primera hora visitar sus arenas, para descubrir como sobre el este y el mediterráneo aún superviviente pese al traqueteo marítimo de la zona, aparece nuestro astro sol que nos ilumina con su salida rápida y sin pausa, tiñendo de rojos y cálidas luces las 8,15 de la mañana del sábado.

Allí varios pescadores taciturnos se afanan el llenar sus cestas con algún pescado más, antes de que el sol deslumbre su nocturna jornada de pesca en las aguas que baña de la costa del sol este mediterráneo nuestro o mare nostrum

Desde este punto a lo lejos se deja ver el intenso tráfico de buques que con su silueta ensombrecen las doradas aguas de la matinal de nuestro sábado. No todo va a ser siempre idílico, la realidad a veces es también algo cruel.

Sendero del Risco BlancoDe ahí y sin pausa nos dirigimos al sendero del Risco blanco, muy cerca del Tiradero. Este lugar que vamos a descubrir es emblemático por sus robles candelabro, quejigos centenarios que llenan el bosque de umbría por su frondosidad y envergadura de brazos enormes que apuntan hacia el techo de la selvática y agreste área en la que nos introducimos.

Subiendo por su ascendente vereda somos testigos del disfrute de cicloturistas por este privilegiado entorno mientras nosotros embelesados con el paraje admiramos los helechos colgados de las ramas de los enormes robles que tenemos ante nuestro paso.

La vegetación de esta zona deja clara que tanto setas como la amanita cesárea como otros diamantes en bruto de la naturaleza de nuestros bosques está presente gracias a la humedad casi cortante que ambienta nuestro paseo detenido por lomas, cerros y veredas de nuestro camino, un bosque tropical por excelencia.

A la carrera en el risco blanco Helechos sobre alcornoque

Después de nuestro recorrido por el Sendero del risco blanco, nuestro camino nos lleva hacia Facinas, por donde pasamos para acercarnos a nuestra próxima parada, las playas de la ensenada de Valdevaqueros, donde sus dunas nos ofrecen un momento de contrastes y latitud diferente a nuestros anteriores lances boscosos, aquí la vegetación de pinos y espartos que junto con las gigantescas dunas de arena blanca dibujan el paisaje nos permiten respirar con un poco de sosiego el aire del océano atlántico.

Dunas, Tarifa

La hora de la comida nos llevará al restaurante el Mirlo, dentro de la base militar de esta zona y que está a pocos minutos de esta ensenada desde la que se divisa África mientras se degustan las exquisiteces del pescado bien cocinado por los responsables de los fogones de este emblemático y muy recomendado lar de la degustación culinaria gaditana al mejor precio.

Aunque el cafelillo y la charla esta siendo como todo divino, nuestro astro sol y su luz pronto deja de ser lucero conforme pasan las horas, por lo que no nos queda mas remedio que seguir viaje a nuestro siguiente destino a pesar de lo agusto que nos encontramos en el Mirlo.

Después de la comida, de paso por Tarifa, su muralla nos hace parar en el camino para fotografiar su tarde nubosa y los muros aún conservados de su Alcazaba. En la entrada principal de la muralla una inscripción recuerda que en el año 1292 la muy noble, leal y heroica ciudad de Tarifa fue ganada a los moros reinando Sancho IV el bravo, todo un detalle de la memoria histórica de esa reconquista no muy justa para algunos.

Muralla de Tarifa

De tarifa nos dirigimos al sendero del nacimiento del río de la miel, en donde la nubosidad del cielo nos otorga la agraciada luz para nuestros ríos de seda en un entorno realmente de cuento por el sendero del canuto del río de la miel. Las bóvedas de vegetación que filtran la luz del sendero nos envuelven curso arriba por un sendero lleno de rincones para deleitar nuestra mirada hacia el curso de este líquido elemento que aunque con mucho menos caudal que en otras estaciones, se muestra digno de ser admirado y observado por nuestros ojos curiosos como los de todo viajero.

Nacimiento del rio de la Miel

Cauces de la miel Sendero del Nacimiento del Río de la Miel

Con este maravilloso sendero que cierra nuestra expedición intensa en busca de localizaciones de éste majestuoso paraje del Parque Natural de los Alcornocales y entre otros tantos lugares de su entorno, terminó nuestro break de 48 horas por ese otoño del sur que gracias a Javier González, he tenido la suerte de visitar y descubrir para no dentro de mucho volver con más tiempo y escudriñar mas a fondo ese paisaje, lleno de ocres, arenas blancas y canutos con barrancos de arcilla y vegetación diversa y diferente al sur de nuestra península ibérica.

Para más información sobre la zona: Los Alcornocales


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