El otoño más fugaz de la historia

El otoño se nos escapa de las manos casi sin poder salir a disfrutarlo. Este fue un año muy fugaz y extraño para los fotógrafos de paisaje y naturaleza. Los amantes del bosque, de sus hojas, de los hayedos coloreados, los bosques mixtos y sus cauces frescos llenos de hojarasca. Acostumbrados a salir los fines de semana de cada época casi de contínuo muchos fotógrafos éste año apenas han podido escapar algunas jornadas que seguro se han hecho pocas.

En nuestro caso, en Photolocus cada año son programadas casi una treintena de actividades de fin de semana o talleres de fotografía de diferentes temáticas. Éste 2020 ha sido un año en el que apenas hemos podido realizar cuatro talleres de fotografía aún habiendo tenido programados después del confinamiento de marzo casi una decena de ellos, y ajustándose a los meses en los que iba a ser menos complicado realizar las actividades de siempre, pero este año más en cercanía, Soria, Aragón, Navarra..

El caso es que echando la vista atrás, la primavera marchó como un relámpago y el verano seguido del otoño fugáz nos despedirá rápido por la situación actual y la dirección que está tomando estrepitosa una pandemia que aunque a nivel económico es una tragedia, lamentablemente deja demasiados muertos y familias que no olvidarán. Esto es realmente lo peor, nos sirve como reflexión y que hace que nuestros planes de salir y disfrutar de la naturaleza y la fotografía sean algo realmente insignificante ante todo lo cruel que nos muestra la cara oculta y repentina de la naturaleza y del planeta, que quizá cansado ha decidido castigar a una sociedad deshumanizada, incoherente o dar el último toque de atención a nuestra civilización olvidadiza de su papel ante el medio ambiente, con un virus que aunque algunos insistan en haber sido creado o modificado en laboratorio, real o no, nos devuelve a las raíces del ser humano. El habitante de un territorio prestado, co-habitante del planeta tierra, un individuo irrespetuoso, débil y temeroso a la deriva ante el enorme movimiento encrespado de un océano cansado de ver como se le ensucia con impunidad, indiferencia de residuos, de basuras, de plásticos que siguen aniquilando a sus especies. Un planeta que dice basta ya, enfurecido por la quema y tala de miles de hectáreas de bosques o la caza indiscriminada de los últimos animales en extinción o la captura y el desplazamiento de especies abocadas a servir al hombre como alimento o simplemente como diversión. Vete a saber, un planeta que decide de buenas a primeras, dar un golpe de tuerca y eliminar de un plumazo, a una humanidad que no merece ser compañera de viaje. Vaya usted a saber. El caso es que este sin duda será el otoño más fugaz de la historia.