Raíces, la gran escuela extinguida

Hace unos años tuve ocasión de colaborar de manera ocasional con una productora de cine documental, que algunos conocéis, PyrenePv de Huesca, capitaneada por Don Eugenio Monesma, un singular “Director” del que aprendí entre muchas otras cosas,  los hilos y entresijos del mundo de la producción y realización del documental de etnografía, así como otros temas que atañen a las productoras audiovisuales. (oscuros y siniestros también…). Fuera del éxito o no de PyrenePV o mejor dicho; de un Eugenio Monesma y de los premios que atesora en sus más de treinta años de trabajo, hay algo que si me ha llamó en especial la atención y es ver, que el trabajo del curioso fotógrafo, realizador o director, o todo ello junto, en la fotografía o cine documental, es una tarea multidisciplinar llena de matices complejos, como la extroversión diplomática o el don de gentes en la realización y su curiosidad insaciable, la combinación cuidadosa de imaginación y veracidad en el guión documental o la organización meticulosa de la producción muy unida de antemano al ingenio del montaje y la post-producción, como elementos de éxito para contar un historia simple pero que impacte entreteniendo. Esto evidentemente se aprende después de toda una vida, aunque lo mejor es conocer y compartir con quien entrevistas, sus experiencias y vivencias, sin lugar a dudas.

Desde entonces tanto en fotograma fijo como en la secuencia, “llámese vídeo”, me doy cuenta que me sigo apasionando con los detalles y la historia de cada experiencia que tengo la suerte de compartir con el protagonista de ese oficio ya perdido o en extinción; pastores, cuchareros, artesanos del barro….da igual, gente íntegra, culta y experimentada. Y es que la cultura tradicional de los núcleos rurales y pueblos, a pesar de lo que algunos piensan, es probablemente la mejor escuela y universidad de la persona. La filosofía sencilla y pragmática del hombre rural nos vuelve a centrar a quienes conocemos su entorno, en las cuestiones realmente importantes del ser, de la vida y de lo necesario para ésta. En mi archivo hay mucho  de ello, y espero que siga siendo uno de mis temas de reportaje por muchos años en el que seguir aprendiendo, de las experiencias de cucharero, del pastor trashumante o del habitante rural alejado de la inmundicia urbana de las ciudades a la que tantos nos vemos sometidos de forma gratuita.

De todo ello, del “Rural environment” aquí os dejo una pequeña selección, y espero si Dios quiere, el año que viene se convierta en una nueva itinerante; que por título aunque no muy original pueda ser el de “Raíces” y que pueda ser observada de nuevo por la mirada de visitante de la ciudad, como reflexión y punto de encuentro con nuestros orígenes…nuestras raíces.